¡Qué difícil es quererte!
Intentar limpiar tus calles con la mente, callar a tus hipócritas y salvar sus malheridas almas chovinistas.
Regocijarme en tu paisaje y olvidar tu quietismo y tu soberbia.
¡Qué difícil es quererte!
Perseguir tu perpetua ignorancia y tu fragancia extrema de princesa.
Huir de tu no saber, no querer y no entender.
Escapar de tu blasfemia necesaria y tu impostura irrelevante.
¡Qué difícil es quererte!
Hacer oídos sordos a tu silencio, hacer ojos ciegos a tu incalculable paciencia y hacer tacto nulo a tus grietas.
Qué difícil y qué dañino es quererte, no huirte y necesitarte.
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