Categoría: poemas

  • Van cortinas

    El corazón le golpeaba las costillas como si fuera la primera vez. Las voces de aliento de sus compañeros no le tranquilizaban, todo lo contrario. La luz se hizo noche y las cortinas rojas comenzaron a moverse. Entonces, la ovación de bienvenida se mezcló con su suspiro de desahogo, la guitarra marcó sus primeros compases y el corazón volvió a latir al ritmo adecuado.

  • CALETA

    Solo un trozo de arena, todavía mojado por la temprana pleamar, unas rocas húmedas y la vista de un puente viejo. Ella en pie, mirando al mar con los ojos cerrados. Él, detrás, anudado a su talle, le decía:  “Si nos quedamos en silencio, podremos oir hablar a La Caleta”.

     

  • Cuando se cerró la puerta de nuestra segunda casa

    Al principio, pensé que no era capaz de apegarme tanto a un local, a un negocio hostelero. Luego, me di cuenta de que a lo que me había apegado no era a eso, si no a la memoria que ese sitio guardaba. Y empecé a recordar ensayos, cenas de la chirigota, fines de año, nochebuenas o sábados de carnaval. Empecé a recordar conversaciones alegres, grandes noticias, grandes alegría y, por qué no decirlo, alguna lágrima desgraciada. Luego recordé los platos y, cada uno, me traía en el tiento de su sabor una foto adherida. Y vi, junto a un plato de atún mechao, a Elena, como cinco años más niña, hablando en alemán con unos guiris perdidos; junto a unas enormes croquetas de jamón, vi a Pepín, un enorme hombre en todos los aspectos, amigo ya para siempre seguramente también por culpa de este maravilloso cajón de recuerdos; vi también un gigantesco plato de longaniza, de Paterna, y tras él a uno de mis mejores amigos, Jose, que sí, que sigue ahí y que no creo que nos falte nunca, pero seguro que sin nuestra segunda casa, todo hubiera ido más lento. Y vi una noche mágica de mis AGACC amigos, en los que unos berberechos nos dejaban un regusto a risa que ni el propio mar nos borrará jamás. Y vi al Cabriya tonteando con su esposa, y a Migué tonteando con cualquiera, vi a Andrés decirnos, tras un buen vino y un jamón, que se iba a cumplir su sueño. Vi a tantos, a los que seguiré viendo, pero en otro sitio y será bueno, pero no lo mismo. Recordé también a un extraño poeta -carpintero chileno que leía poemas con una cerveza y unas aceitunas y que tuvo que volver para estar y mantener a sus niñas porque Cádiz ya no daba para más. Vi a un raro hombre que portaba un bastón y que erguido en su finura, extrañaba, piropeaba y además, no dejaba malas propinas.  De pronto me vi terminando un cuplé de la mano de Moi, pegando ‘piedras preciosas’ en unos embudos, me recordé presentando copleros que luchaban por un minipremio, presentando a niñas y niños que cantaban por un aplauso y rememoré la letra de un tango romano-argentino, la rumba del facebook, que ni es rumba ni ná, pero allí se ensayó. Sin darme cuenta me vi echando el cable junto a Javi, un guapito comparsista que se convirtió en un gran descubrimiento. Aunque quizá el cable se me echaba a mí, porque fui también parte contratante de ese ‘negocio’, de esa casa, camarero en apuros, nefasto y torpe, pero respaldado, defendido y enseñado por una familia a la que ahora considero parte de la mía. Sí, hablo de Germán y Silvia que, con errores, aciertos, virtudes y defectos, han conseguido que yo, y seguramente tú, nos hayamos sentido como en casa en el bonito local de la Cuesta de las Calesas.

    Al fin me di cuenta de que lo que me hacía llorar no era que cerrase el negocio, era el portazo a grandes momentos, a enormes años de mi vida, de nuestra vida. Lloraba por el cierre de una de las puertas de mi casa, un rincón al que no podía faltar si tenía visita; italiana, sueca, alemana… Y me di cuenta de que no tenía que llorar, sino sonreír por todo lo que ese lugar y esa gente nos ha dado: risas, amistad y millones de recuerdos. Nunca olvidaré esos años en mi segunda casa. Gracias por todo y a tod@s.

  • HOY, QUIERO

    Hoy tengo ganas de disfrutar, pasear, trovar y respirar fuerte.

    Hoy quiero tener ganas de vivir,

    de seguir soñando con mi sueño y tocando con mis manos.

    Hoy quiero que la pena me parezca tonta, insuficiente e innecesaria.

    Tengo ganas de saltar, herir y llorar de risa.

     

    Hoy que nada parece para siempre,

    que todo lo recuerdo enorme, que nada sirve.

    Hoy que sé que la vida puede ser solo una excusa

    y que una excusa no deja de ser una mentira.

    Tengo ganas de saltar, herir y reír de pena.

     

  • ¡Qué difícil!

    ¡Qué difícil es quererte!

    Intentar limpiar tus calles con la mente, callar a tus hipócritas y salvar sus malheridas almas chovinistas.

    Regocijarme en tu paisaje y olvidar tu quietismo y tu soberbia.

    ¡Qué difícil es quererte!

    Perseguir tu perpetua ignorancia y tu fragancia extrema de princesa.

    Huir de tu no saber, no querer y no entender.

    Escapar de tu blasfemia necesaria y tu impostura irrelevante.

    ¡Qué difícil es quererte!

    Hacer oídos sordos a tu silencio, hacer ojos ciegos a tu incalculable paciencia y hacer tacto nulo a tus grietas.

    Qué difícil y qué dañino es quererte, no huirte y necesitarte.

  • El pasado

    Cuando el tiempo parece que se para

    El pasado es cada tú y cada yo,

    es cada plaza y cada árbol,

    es la palabra dicha y la callada,

    las soledades y las multitudes.

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    El pasado es cada yo y cada él,

    es cada foto y cada piel,

    es el deseo y el hastío,

    los paisajes y las ausencias.

    _______

    El pasado es cada ellos y cada ELLA,

    es cada beso y cada grito,

    es el desdén y el abrazo,

    las canciones y los silencios.

  • Recuerdos de Caleta

    Ayer tuve recuerdos de Caleta

    de adolescente preso en la lujuria

    de pubertad deseando ser astucia

    y de arena acumulada en la chaqueta.

    Ayer tuve recuerdos de Caleta

    recuerdos que la vida ya me enturbia

    y limpia de un plumazo lo que ensucian.

    Recuerdos de cuando me creí poeta.

    Ayer tuve recuerdos de esos años.

    De mis piernas temblando entre pilares

    bajo la sombra del viejo balneario.

    Ayer tuve recuerdos de chavales

    asomándose a un mundo extraordinario

    y sumando la vida en carnavales.

  • El galgo amigo de las liebres (Soneto)

    El galgo amigo de las liebres
    El galgo amigo de las liebres

    Érase un galgo amigo de las liebres
    perro fino que no amaba el trabajo,
    que con paso ágil y cabeza abajo
    corre lento y se deja que le quiebren.

    Érase un galgo amigo de las liebres,
    que enseñaba a sus presas el atajo
    volviéndose con la presa que trajo
    y alterando al cazador hasta la fiebre.

    Canino triste que se siente libre
    haciendo un mal trabajo cada día
    que sólo para él se ve que sirve.

    Galgo tonto, cada alba le decían,
    mientras él no aguantaba su declive
    y a escondidas a las liebres sonreía.

  • Entre la imagen y la palabra

    Dicen que una imagen vale más que 1000 palabras ¿pero vale más que 1001? De eso se trata.

    Sin ninguna otra pretensión que la de hacer llegar nuestras reflexiones, nuestras breves locuras y nuestras ideas, creamos este blog en el que las imagenes y las palabras se darán un abrazo. Un lugar donde nosotros podremos hacer sentir lo que sentimos y hacer ver lo que vemos.

    Si decimos las cosas que están dentro de nosotros, se dibujarán delante vuestra.