Me apetece, de nuevo, abandonarte
y arrastrar de mi mano a quien me quiere, sacudir de mis ojos lo que hiere
y saltar hasta el vacío para ignorarte.
Permíteme, si puedo, aconsejarte
que dejes estancados tus quehaceres,
reserves en un saco tus placeres
y cierres bien las puertas al marcharte.
Que el juego no salió como pensabas
que al puzzle aún le faltan muchas piezas
y ya no queda nada donde estabas.
Escapa de la forma que apetezca
y saca del baúl lo que guardabas,
rompiéndolo antes que desaparezcas.
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