
Tengo una plaza con tu nombre en mi planeta.
Tengo tu vientre dibujado en mi galaxia y tu mirada encaramada a dos estrellas.
Tengo tres lunas, cuatro vientos y una playa que cuando hablan es tu nombre el que pronuncian.
Tengo amaestrados cinco búhos y una lechuza para de noche susurrarte en la ventana.
Tengo dos cuentos reservados en mi cabeza, por si tú aún quieres ver mi voz sobre tu cama.
Tengo un reloj que, si lo pides, ya se para.
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