
Cansado ya de ser bueno,
harto de amores eternos que hacen eternos desplantes,
eternas envidias y celos eternos.
Busco el calor del regazo
de cualquier mujer sin nombre,
que me amarre a la cama de los mil demonios
y que en cada mordisco me haga sentir más hombre,
mientras me tira del pelo y, con voz de diabla, susurra mi nombre.
Cambiaré los besos y los abrazas por toda la furia de unas garras
que siento ardiendo al arañar cada pedazo de piel de mi espalda.
Prefiero que toda mi sangre baje mi cintura para pelear
y que cuando me atrape en sus piernas lluevan sudores y no piense más.
Prefiero perder el sentido atado a tu cama,
preso de tu furia y que me guíen los latidos de la lujuria.
Pasodoble escrito para la comparsa 'Don Cándido' en 2007
Deja una respuesta